Mi pequeña Mila:
Hace un año te cargué por primera vez
y el mundo cambió para mí. Ese día al volver a casa, no se me
pasaba la sensación de tenerte en mis brazos; poco a poco fue
abandonándome el estrés de toda la situación y me embargó la
emoción de ser papá; comencé a llorar de alegría y no paré hasta
que volví a salir de casa al día siguiente.
Ha sido un año hermoso
lleno de primeras veces; quisiera enumerarlas pero son tantas que no
cabrían. Sin embargo no sólo las primeras veces quedarán grabadas
por siempre en mi corazón. Hace dos noches, al acostarme, te
acurrucaste junto a mí y me tomaste la mano, la acariciaste con
cariño, y sin soltarme, seguiste dormida. Ese amor es lo que ha
colmado mi vida por completo durante todo este año. Tu voz y tus
balbuceos, tu sonrisa traviesa, todas tus sonrisas, tu dedito que
todo lo señala, tu mirada encantadora que todo lo aprende.
Hace un
año te dije que tu mamá y yo te mostraríamos cosas maravillosas,
pero no podía entender, ni siquiera imaginar, lo maravilloso que es
el mundo ahora que lo ven tus ojos curiosos.
Cumples un año de estar junto a mí y
de enseñarme que aunque parezca que la vida no puede ser más
hermosa, cada sonrisa, cada mirada, cada palabra tuya habrá de
embellecerla más.
Te amo, Camila.
Tu papá.
25/09/2013
Primo, creo que había leído esto en tu facebook pero ahora que vine a curiosear por tu blog y lo volví a leer, me volví a emocionar.
ResponderEliminarComparto tu sentimiento de maravilla ante el nuevo mundo que aprendemos a conocer a través de los ojos de nuestros hijos.
Aprovecha mucho a Mila que el tiempo pasa volando... apenas ayer me parecía que mi Vale era igual de pequeña, y hoy ya es una adolescente en ciernes.
Espero tener la oportunidad de reunirnos pronto y presentar a las primas.
Un abrazo :)